Durante el 80° Período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU, 32 países en desarrollo sin litoral llevaron a cabo una reunión ministerial de alto nivel en la que discutieron políticas y estrategias económicas para enfrentar los retos derivados de su aislamiento geográfico.
En esta oportunidad, la ministra de Relaciones Exteriores de Bolivia, Celinda Sosa, presidió la cita, recordando que su país perdió temporalmente el acceso al mar tras una guerra en 1879. La canciller enfatizó que el enclaustramiento marítimo boliviano fue producto del uso de la fuerza, situación reconocida en dos sentencias de la Corte Internacional de Justicia.
Asimismo, la ministra Sosa reafirmó que Bolivia «hará valer todos los derechos de los Estados ribereños establecidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar», una vez logre recuperar su acceso soberano al Océano Pacífico mediante negociaciones beneficiosas para ambas partes.
La reunión, bajo el lema «De la aspiración a la acción: Promover el desarrollo sostenible en los países en desarrollo sin litoral a través del Programa de Acción de Awaza», puso de manifiesto cómo esta condición limita el acceso a mercados internacionales, encarece el comercio exterior, dificulta la diversificación económica y genera carencias en infraestructura y conectividad digital, aumentando la brecha con países con salida al mar.
Durante el intercambio, los delegados coincidieron en la importancia de fortalecer el multilateralismo para asegurar la inclusión y el desarrollo sostenible. «Somos países con resistencia y perseverancia, ninguna limitación geográfica pudo impedir que continuemos luchando por un futuro sostenible, seguro y próspero. Como dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, juntos podemos transformar la geografía, de una barrera en un puente que conecte mercados, pueblos y culturas», destacó la canciller boliviana.
Estos 32 países sin litoral, que suman 606 millones de habitantes, enfrentan elevados costos de transporte, dependencia en productos básicos y obstáculos persistentes para acceder a los mercados globales. Según los datos presentados, los PDSL contribuyen solo con el 0,8% del valor agregado manufacturero mundial y con el 0,3% de las exportaciones manufactureras. Además, el acceso a internet es limitado, con un promedio del 39% (44% en hombres y 35% en mujeres), lo que subraya la necesidad urgente de invertir en infraestructura, innovación y educación.
El comercio y la integración regional también se ven afectados, pues los costos logísticos de los PDSL resultan un 63% más altos que los de los países de tránsito. Su participación en las exportaciones mundiales de mercancías cayó de 1,17% a 1,15% en 2024, pese a un ligero aumento en el valor total exportado, que llegó a los 281.720 millones de dólares.


