La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) identificaron a Bolivia como uno de los países que requieren «seguimiento estrecho» en términos de seguridad alimentaria. Sin embargo, el informe «Puntos críticos sobre el hambre» descarta que el país enfrente una situación de hambruna.
El documento, publicado el 16 de junio, señala que la inseguridad alimentaria en Bolivia podría agravarse entre junio y octubre debido a la inflación sostenida, la reducción de reservas de divisas y la escasez de combustible. “Esto seguirá erosionando la capacidad de importación y el poder adquisitivo de los hogares, limitando aún más el acceso a los alimentos”, menciona el informe en su página 18.
En respuesta a interpretaciones que vinculaban al país con un riesgo de hambruna, el Gobierno rechazó enfáticamente estas afirmaciones. “Bolivia no está en riesgo de hambruna, lo cual es totalmente falso”, aseguró el ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, quien destacó los esfuerzos gubernamentales en la producción de alimentos mediante programas de riego tecnificado y fomento agrícola.
Por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores, Celinda Sosa, defendió la capacidad productiva del país: “En Bolivia tenemos el privilegio de gozar realmente de una seguridad alimentaria en comparación con otros países”, afirmó, recordando su experiencia como agricultora.
La representante de la ONU en Bolivia, Ana Martina, corroboró que el informe no menciona al país como un caso de hambruna y reconoció los avances en seguridad alimentaria. “La hambruna es un término técnico que no aplica a Bolivia según los criterios internacionales”, aclaró durante una conferencia de prensa junto a autoridades locales.
Causas de la crisis
El informe subraya que Bolivia atraviesa una situación preocupante que requiere atención. Aunque no hay evidencia suficiente para incluirla en los países con focos de hambre, se destaca la necesidad de monitoreo constante.
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, atribuyó el deterioro en los precios de alimentos y la inflación a los bloqueos liderados por el expresidente Evo Morales: “Estos bloqueos han generado desabastecimiento, especulación y un aumento en los precios que afecta directamente a la inflación”, sostuvo.
Mientras tanto, el Gobierno y organismos internacionales coincidieron en la importancia de continuar trabajando en políticas públicas que fortalezcan la producción agropecuaria, la agricultura familiar y la seguridad alimentaria en el país.
