Entre los principales enfoques comunes, los programas plantean una revisión y modernización de la currícula escolar, con énfasis en ampliar la carga horaria para materias como lectura, matemáticas e inglés. Además, la mayoría propone que la educación boliviana sea evaluada mediante estándares internacionales como PISA o LLECE. También coinciden en la necesidad de fortalecer la formación docente, con programas de capacitación, incentivos económicos y provisión de herramientas tecnológicas.
Varias propuestas apuntan a digitalizar las unidades educativas, garantizar becas para estudiantes, brindar apoyo psicológico y ampliar el alcance del Bono Juancito Pinto, incluso al nivel inicial.
La alianza encabezada por Jhonny Fernández (Alianza para el Pueblo) propone un programa de capacitación continua para maestros, el acceso anual a computadoras para estudiantes y docentes, contenidos en lenguas indígenas y centros de innovación educativa. Por su parte, Jorge Quiroga (Libre) plantea una nueva ley educativa construida con maestros y padres de familia, un fuerte impulso a la educación técnica y más horas para matemáticas y lenguaje, limitando materias extracurriculares.
Andrónico Rodríguez (Alianza Popular) defiende el enfoque de la Ley Avelino Siñani – Elizardo Pérez y propone actualizar la currícula con metodologías centradas en el estudiante, priorizando la comprensión lectora, el pensamiento lógico y la integración de valores ciudadanos. Samuel Doria Medina (Alianza Unidad), en tanto, plantea una transformación educativa basada en la inteligencia artificial, enseñanza personalizada, escuelas experimentales y el fortalecimiento del pensamiento crítico.
Desde Súmate, Manfred Reyes Villa promueve una reforma con estándares educativos que garanticen libertad pedagógica, fomenten el pensamiento crítico y otorguen una “tecnicatura” a los bachilleres. También plantea reducir la duración de las carreras universitarias y consolidar a Cochabamba como polo científico mediante la Ciudadela de la ciencia y tecnología.
Pavel Aracena (Libertad y Progreso) enmarca su propuesta educativa dentro de una “batalla cultural” para reafirmar valores occidentales y garantizar que los contenidos escolares respondan a los avances científicos, no a ideologías. Eduardo del Castillo (MAS) propone un “quinquenio de la calidad educativa”, con más carga horaria, un bachillerato ampliado (técnico, artístico y deportivo), y programas de incentivo al conocimiento científico en universidades.
Eva Copa (Morena) plantea la creación de un Centro Plurinacional de Alto Rendimiento Académico para estudiantes destacados, especialmente de sectores rurales e indígenas. Además, ofrece becas con acompañamiento integral y un programa para asegurar el retorno de talentos bolivianos formados en el exterior. Finalmente, Rodrigo Paz (PDC) propone una currícula trilingüe (castellano, lengua originaria e inglés), digitalización educativa, formación docente moderna y vinculación con el sector productivo.
En conjunto, la educación se ha convertido en uno de los principales ejes de la agenda electoral, con propuestas que buscan responder a las necesidades actuales del país y articularse con los desafíos globales.


