La dirigente del Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan-Bol), Ruth Nina, pasó la noche en celdas policiales de la laguna Alalay, en Cochabamba, mientras espera la audiencia de medidas cautelares por el proceso que enfrenta tras sus declaraciones durante el congreso evista del 12 de julio.
Su defensa alega que se está vulnerando su derecho a la libertad de expresión. Nina, actualmente aliada de Evo Morales, declaró en ese evento que “en vez de votos, el Gobierno y el TSE van a contar muertos”, lo que fue interpretado como una amenaza contra el proceso electoral.
La denuncia fue interpuesta por María Leonila Galindo, representante del Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), quien solicitó su encarcelamiento. En respuesta, la Fiscalía ordenó su aprehensión bajo los delitos de instigación pública a delinquir, amenazas y obstaculización de procesos electorales.
La resolución fiscal está fundamentada en nueve elementos de convicción, incluyendo actas policiales, peritajes digitales, videos del congreso y certificaciones de empresas telefónicas.
El abogado de Nina, Manuel Mariscal, denunció un “abuso de autoridad” y sostuvo que las declaraciones de su defendida se enmarcan dentro de la libertad de expresión. “Existen sentencias constitucionales que reconocen que la libertad de expresión puede incluir opiniones provocadoras o incómodas”, afirmó.
La audiencia cautelar está prevista para esta tarde, y la defensa intentará demostrar que no existen riesgos procesales ni de fuga que justifiquen una detención preventiva.
