La falta de diésel está afectando gravemente la distribución de agua potable en la zona sur de Cochabamba, donde las cisternas que abastecen a los barrios deben enfrentar largas filas en las estaciones de servicio para poder cargar combustible. Esta situación ha reducido el número de viajes diarios y amenaza con interrumpir el suministro a los vecinos.
Representantes del sector de transporte de agua explicaron que, en condiciones normales, cada camión realizaba entre 3 y 4 viajes al día, pero actualmente solo pueden completar un recorrido debido a la escasez de combustible. “Vamos a tener que parar, no es por querer, sino que sin combustible los camiones no pueden cumplir con el trabajo”, afirmó uno de los dirigentes.
El dirigente agregó que durante este tiempo se han implementado estrategias para mantener el abastecimiento, pero la situación se complica día a día. La escasez no solo afecta la frecuencia de los viajes, sino también la disponibilidad de agua para los vecinos, especialmente en barrios más alejados, donde las cisternas deben recorrer mayores distancias.
Además, se informó que los costos del servicio se han incrementado ligeramente. “Hemos tenido que subir entre 1 y 2 bolivianos por turril en algunas zonas, debido a la mayor dificultad para conseguir diésel y las largas distancias que deben recorrer los camiones”, explicó otro trabajador del sector.
El problema del desabastecimiento de combustible no se limita a Cochabamba; se trata de una situación que se registra a nivel nacional, afectando principalmente al diésel. Esto obliga a los conductores a realizar largas esperas en las estaciones de servicio, que pueden extenderse por varias horas o incluso días, dependiendo de la región.
Los vecinos de la zona sur han comenzado a reportar dificultades para acceder al agua potable, lo que genera preocupación sobre posibles interrupciones en el suministro y afectaciones a la vida cotidiana de la población. Las autoridades del sector señalan que, mientras no se normalice la llegada de combustible, la distribución continuará limitada y las familias podrían enfrentar restricciones en el acceso a este recurso esencial.


