La polémica por los tuits con contenido racista atribuidos a Juan Pablo Velasco, candidato a la Vicepresidencia por Alianza Libre, ha desatado una ola de indignación en organizaciones sociales del occidente del país. Pese a que Velasco niega la autenticidad de los mensajes y denuncia una “guerra sucia”, medios como Bolivia Verifica y ChequeaBolivia confirmaron la veracidad de los tuits publicados entre 2010 y 2011 desde la cuenta @Jpvel, lo que ha intensificado el escrutinio público.
Diversos sectores sociales, especialmente en El Alto, han declarado a Velasco como “persona no grata” y exigen su retiro de la contienda electoral. La Federación de Juntas Vecinales Emergente, gremios de constructores y trabajadores independientes han expresado su repudio, señalando que los mensajes reflejan una actitud discriminatoria que no puede ser tolerada en quienes aspiran a cargos de representación nacional. Incluso se evalúan acciones legales para exigir su renuncia.
En respuesta al escándalo, se han convocado manifestaciones en La Paz y otras ciudades, mientras líderes políticos y sociales insisten en que los debates democráticos deben estar libres de discursos de odio. La Asociación de Víctimas de Corrupción y Retardación de Justicia anunció protestas para hoy, y el Partido Demócrata Cristiano pidió disculpas públicas como gesto mínimo ante la gravedad del caso. La presión sobre Velasco crece, y el silencio oficial de Alianza Libre solo alimenta el descontento.


