Bolivia dio un paso importante para enfrentar la crisis de combustibles con la llegada de un buque que transporta más de 50 millones de litros de gasolina a la terminal de Arica, Chile. YPFB inició la descarga y el traslado en cisternas hacia la planta de Senkata, en El Alto, desde donde se distribuirá a todo el país. El presidente de la estatal, Armin Dorgathen, aseguró que la oferta fue incrementada al 120%, lo que permitirá reducir progresivamente las largas filas en los surtidores.
En paralelo, el Gobierno anunció la próxima llegada de 96 millones de litros de diésel y garantizó el presupuesto en moneda nacional para continuar con las importaciones. El ministro de Hidrocarburos, Alejandro Gallardo, explicó que la escasez se debe a la falta de dólares provocada por el bloqueo de créditos externos en la Asamblea Legislativa, y no a una falta de recursos internos. La medida busca estabilizar el suministro y evitar que la crisis afecte aún más a sectores productivos y al transporte.
Desde el ámbito legislativo, la Comisión de Economía Plural aprobó por unanimidad una ley excepcional que permitirá al Estado realizar compras directas de combustibles durante tres meses. El diputado Hernán Hinojosa advirtió que la escasez pone en riesgo la seguridad alimentaria del país y pidió una pronta aprobación del proyecto en el pleno de la Cámara. La norma busca agilizar los procesos de importación y garantizar el abastecimiento en un contexto de emergencia.
