La decisión de los panificadores de elevar el precio del pan a 80 centavos generó un escenario de escasez y largas filas en distintos barrios de La Paz. Mientras las autoridades desplegaron controles para verificar peso y precio, los vecinos reclamaron que el incremento no cuenta con autorización oficial y exigieron mantener el costo en 50 centavos.
En varios puntos de la ciudad se vivieron momentos de tensión: consumidores defendiendo el precio tradicional y panificadores intentando imponer la nueva tarifa. La falta de acuerdo derivó en discusiones frente a los hornos, donde algunos comerciantes continuaron vendiendo a 50 centavos, desafiando la medida del sector.
La situación se replicó en otras regiones del país. En Cochabamba, el pan de batalla prácticamente desapareció y sólo se ofrece pan especial a precios más altos, mientras que en El Alto los mercados muestran escasez y vecinos inconformes. Las autoridades municipales anunciaron que se evaluará la pertinencia del incremento en los próximos días, en medio de un paro de 72 horas que mantiene la incertidumbre sobre el abastecimiento.
