Aunque las filas desaparecieron, el problema de fondo sigue intacto: el sistema de distribución de combustibles no cambió. En Santa Cruz hay diésel y gasolina, pero las ventas son bajas porque persisten los mismos controles y cupos previos al fin de la subvención, advierte la Asociación de Surtidores de Santa Cruz (Asosur).
Desde Asosur, su gerente Susy Dorado afirmó que YPFB cumple “al 100%” con el abastecimiento, pero advirtió que el problema está en la venta: siguen vigentes las normas de la Agencia Nacional de Hidrocarburos y el sistema B-Sisa, que mantienen las mismas restricciones para diésel y gasolina.
Dorado recordó que permanecen en vigencia las tarjetas de control de combustible, con un límite de compra de hasta 1.200 litros mensuales, y que no se ha oficializado el nuevo precio internacional para la venta en estaciones de servicio. “El sistema exige un precio internacional para placas extranjeras, pero no podemos modificarlo sin una resolución administrativa de la ANH que actualice esos valores”, explicó. En otras palabras: el decreto cambió el precio, pero la distribución sigue operando con reglas diseñadas para un mercado subvencionado.
No obstante, desde la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) anunció que desde este miércoles 24 de diciembre el diésel dejará de estar sujeto a controles como sustancia regulada, tras implementar el procedimiento interno previsto por el Decreto Supremo 5503 y la Resolución Ministerial 207.
En un comunicado la institución dijo que El Decreto Supremo 5503 y la Resolución Ministerial 207 dieron plazos a la ANH para implementar el procedimiento.
La ANH indicó que busca eliminar trámites que complicaban la venta de diésel y agilizar su logística, y rechazó responsabilidades por posibles demoras, asegurando cumplir los plazos legales.


