Siguiendo con su línea habitual de responsabilizar a otros por la crisis económica, Arce reiteró que la imposibilidad de aprobar más endeudamiento externo afectó su gestión.
Según explicó el presidente: “Nos hubiera gustado en estos últimos cinco años contribuir de mejor manera al desarrollo de la Fuerza Aérea; pero como todos sabemos, tuvimos que enfrentar el boicot y el estrangulamiento financiero de una Asamblea Legislativa que no entendió su rol”.
Arce concluye su mandato dejando al país inmerso en una profunda crisis económica, resultado de una administración deficiente de los recursos durante casi dos décadas del gobierno del Movimiento Al Socialismo. El 8 de noviembre deberá entregar el poder al presidente electo en segunda vuelta, programada para el 19 de octubre.
Durante su discurso por el aniversario de la FAB, el mandatario expresó: “El camino que tienen por delante no será fácil. Su papel ha sido defender la soberanía nacional y apoyar a su pueblo boliviano, al cual nos debemos todos”.
Por otro lado, Armin Dorgathen, presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, advirtió que el próximo gobierno sólo dispondrá de combustible para dos o tres días tras asumir el mando, y luego deberá gestionar la importación de gasolina y diésel para sus primeras semanas.
