sábado, diciembre 6, 2025
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Cien años de tradición e innovación: la familia Granier celebra su legado con Casa Real, Don Lucho y Campos de Solana

La historia de la destilación y la vitivinicultura boliviana está íntimamente ligada a la familia Granier Ortiz, que cumple un siglo construyendo un legado de calidad, innovación y compromiso con la tierra. Hoy, sus marcas icónicas —Casa Real, Don Lucho y Campos de Solana— celebran 100 años de historia.

Corría 1925 cuando Julio Ortiz Linares, en los valles de Cinti, al sur de Chuquisaca, inició un proceso que revolucionaría el arte de la destilación en Bolivia. Con visión y técnica, sentó las bases de lo que hoy es una de las tradiciones más representativas del país en la producción de singani y vino.

De Santa Ana a los mercados internacionales
En 1975, Luis Granier Ballivián —»Don Lucho»— yerno del fundador, estableció en Tarija la Sociedad Agroindustrial del Valle (SAIV), introdujo el riego por goteo en terrenos áridos y, en 1981, lanzó al mercado la marca Casa Real con sus reconocidas etiquetas Roja, Azul y Negra.

Décadas después, sus hijos —la tercera generación— reforzaron ese legado con innovación: incorporaron tecnología francesa con alambiques tipo Charentaise y fundaron DyM para impulsar el desarrollo comercial de las marcas.

A este impulso se sumó el nacimiento de Campos de Solana (2000), una etiqueta que ayudó a posicionar los vinos bolivianos con líneas como Varietales, Reserva y Gran Reserva. También lanzaron Don Lucho Pionero (1996) y, años más tarde, Don Lucho de Oro, el primer singani boliviano añejado en barrica.

Una nueva generación, nuevos horizontes
Actualmente, la cuarta generación —Luis Pablo, María Cecilia y Nicolás Granier Castellanos— lidera un proceso de internacionalización y diversificación, explorando nuevas categorías con Gin Flamboyant y Ron 37 Lenguas.

Uno de los hitos más destacados fue en 2014, cuando el cineasta Steven Soderbergh impulsó la exportación del singani con la marca Singani 63, abriendo el camino al mercado estadounidense.

En 2017 se presentó Gran Reserva Esther Ortiz, en honor a una figura fundamental de la familia. Más recientemente, en 2024, se lanzó Principia, el primer vino de la nueva bodega Granier Ortiz, orientado a mercados premium.

Compromiso con la tierra y la gente
“Este legado no es sólo una colección de marcas o productos, sino una forma de entender el trabajo, el compromiso y la vida misma”, señaló Luis Pablo Granier, Gerente General de D&M, al anunciar el inicio de las celebraciones por el centenario.

La familia destaca que su historia no se trata sólo de negocios, sino de una filosofía: trabajar con integridad, cuidar la tierra, mantener la unidad familiar y asumir riesgos con visión.

En el bicentenario de Bolivia, los Granier celebran también sus propios 100 años con una mirada al futuro: exportar, innovar y dejar una huella duradera en la cultura productiva boliviana.

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