Los comerciantes mayoristas de productos de la canasta familiar cerraron sus tiendas este jueves en la zona de Gran Poder, en La Paz, como medida de protesta contra el Gobierno. La acción incluyó bloqueos en las calles aledañas y responde a la crisis provocada por la escasez de productos como el aceite y el alza descontrolada de precios.
La zona de Gran Poder, conocida tanto por su actividad comercial como por su tradicional entrada folclórica, ha sido históricamente un centro clave para el abastecimiento de productos básicos como arroz, harina y aceite, tanto al por mayor como al detalle. Sin embargo, los comerciantes denuncian que desde hace meses enfrentan una disminución en las ventas debido al desabastecimiento y al encarecimiento extremo de los productos, algunos de los cuales han duplicado su precio.
Uno de los dirigentes del sector explicó que actualmente solo una empresa nacional está distribuyendo aceite, y lo hace de manera racionada: tres cajas por tienda, las cuales se agotan en cuestión de minutos debido a la alta demanda. “El Gobierno dice que estamos ocultando el aceite, pero eso no es cierto. El viceministro Jorge Silva inspeccionó los depósitos y comprobó que no hay producto. Prometieron inundar La Paz de aceite, pero hasta hoy no han cumplido”, reclamó el representante.
El cierre de los más de cien comercios en la zona fue acompañado por carteles y crespones negros colocados en señal de luto por la situación económica. Los comerciantes advierten que esta es solo la primera medida y que podrían dejar de vender aceite, delegando la responsabilidad a la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), aunque señalan que esta también carece del stock necesario.
“El arroz sube cada semana y no hay suficiente. El quintal ya ronda los 500 o 600 bolivianos. La harina, que es importada, aumentó 100 bolivianos en una sola semana. No somos nosotros quienes manipulamos los precios”, explicó otro de los movilizados.
Los gremiales sostienen que la situación ha sobrepasado los límites del comercio y está afectando gravemente la economía de toda la población. “No hay plata, no hay dólares, no hay gasolina. Todo esto genera una inflación enorme. El Gobierno dice que estamos estables, pero es mentira. Aquí todo está paralizado”, sentenció uno de los abarroteros.
