El Ministerio de Salud, a través de Roxana Salamanca, jefa de la Unidad de Prevención y Control de Enfermedades, aclaró conceptos erróneos sobre el sarampión:
Mito: El sarampión ya no existe o es inofensivo.
Realidad: No ha sido erradicado porque no todos los niños están inmunizados. En Bolivia, más de 70 casos se registraron este año. Puede causar complicaciones graves como inflamación cerebral, pérdida de la vista o neumonía.
Mito: La vacuna contra el sarampión no funciona.
Realidad: La vacuna SRP es segura y eficaz. Ha protegido contra el sarampión, rubéola y paperas por más de 50 años. Las altas tasas de vacunación habían erradicado la enfermedad hasta la pandemia de COVID-19.
Mito: Es mejor contraer el sarampión para lograr inmunidad.
Realidad: Aunque la inmunidad natural es posible, la enfermedad puede provocar graves complicaciones como ceguera, encefalitis e incluso la muerte.
Mito: Solo los niños se contagian de sarampión.
Realidad: Los adultos no vacunados también están en riesgo, especialmente en los recientes brotes.
Mito: Un enfermo de sarampión no debe bañarse.
Realidad: El baño es seguro, siempre que se eviten temperaturas extremas y corrientes de aire.
Mito: Pintarse de negro alrededor de los ojos evita complicaciones.
Realidad: No existe evidencia científica que respalde esta práctica. El sarampión es una enfermedad infectocontagiosa que sigue su curso independientemente de estas creencias.
Mito: Las escamas de las llagas contagian.
Realidad: El contagio ocurre por gotas respiratorias al toser, hablar o estornudar, y no por contacto con las llagas.
Recomendaciones:
Vacunar a niños y adultos no inmunizados.
Evitar automedicarse o aplicar sustancias sobre las erupciones cutáneas.
Mantener buenas prácticas de higiene y evitar el contacto con personas infectadas.
La vacunación es gratuita y está disponible en todos los centros de salud del país. Asegúrese de verificar el esquema de vacunación de su familia para prevenir el sarampión.


