La escasez de diésel y gasolina ha puesto en emergencia al Comité Multisectorial, y los gremialistas advierten que esta situación está generando un efecto dominó en la economía popular. César Gonzáles, dirigente de la Confederación de Gremiales de Bolivia, explicó que el alza en los precios del transporte encarece los productos, afectando tanto a mayoristas como al consumidor final. La falta de insumos y divisas también impide que los productos lleguen desde sus zonas de origen, paralizando la cadena productiva.
Gonzáles lamentó que el poder adquisitivo de la población se ha reducido drásticamente, lo que ha provocado una caída en las ventas. La gente prioriza la compra de alimentos básicos y deja de lado productos como ropa o artículos que pueden ser reparados. Esta contracción del consumo ha obligado a muchos comerciantes a reducir personal, trabajando solo con familiares, mientras otros se ven forzados a salir a las calles para buscar ingresos ante el desempleo creciente.
El dirigente gremial subrayó que el número de vendedores informales ha aumentado visiblemente en las ciudades, como reflejo de la crisis económica. Reiteró que el Estado debe garantizar el suministro de energía, gas y combustibles para evitar un colapso mayor. La Confederación Sindical de Trabajadores Gremiales de Bolivia convocó a un ampliado el próximo lunes 27 de octubre para definir medidas frente a esta situación crítica.
