Delegaciones de los nueve departamentos del país se unieron en una concentración pacífica en defensa de la democracia, un evento que buscaba resaltar la importancia de la participación ciudadana y la defensa de los derechos fundamentales. Los asistentes, provenientes de diversas organizaciones sociales, políticas y comunitarias, llevaron pancartas y expresaron su compromiso con la justicia y la transparencia.
Sin embargo, la jornada se tornó violenta cuando grupos de choque identificados como “evistas” llegaron a Ventilla, El Alto. Este grupo, en un acto de provocación, comenzó a atacar a los manifestantes pacíficos y a los periodistas presentes, utilizando piedras, botellas y un lenguaje agresivo. Los enfrentamientos no solo pusieron en riesgo la integridad física de quienes participaban en la protesta, sino que también generaron un clima de miedo y tensión en la zona.
Los reporteros, que intentaban documentar la situación, se encontraron en el centro del conflicto, enfrentando agresiones tanto físicas como verbales. Esta hostilidad hacia la prensa plantea serias preocupaciones sobre la libertad de expresión y el derecho a la información, pilares fundamentales en cualquier democracia.
La violencia suscitada por estos grupos de choque refleja una polarización creciente en la sociedad, donde las diferencias políticas se traducen en enfrentamientos directos. A medida que se desarrollaban los incidentes, varios líderes de organizaciones sociales hicieron un llamado a la calma, instando a la población a mantener el enfoque en la lucha por la democracia y los derechos humanos, y a rechazar la violencia como medio de expresión.