En una audiencia de medidas cautelares realizada en Entre Ríos, la justicia boliviana determinó que los 12 dirigentes campesinos denunciados por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Petrobras puedan defenderse en libertad. Los dirigentes son acusados de instigación y perturbación al trabajo por su oposición al ingreso de empresas petroleras en la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía.
Abel Guzmán, exasambleísta departamental y actual asesor de los denunciados, explicó que la Fiscalía buscaba imponer medidas cautelares, pero los dirigentes sostienen que sus acciones están orientadas a proteger el lugar donde viven. “Este es un proceso claramente político diseñado para intimidar a quienes defienden su territorio. Ahora ellos podrán defenderse en libertad, y confiamos en que la Fiscalía actúe de manera justa y transparente”, señaló Guzmán.
Los comunarios, organizados en el Cantón Chiquiacá, han manifestado un rechazo mayoritario a las actividades hidrocarburíferas promovidas por YPFB y Petrobras. La oposición surge de la preocupación por el impacto ambiental y la falta de garantías en el proceso de consulta previa, que consideran poco transparente.
Además, Guzmán criticó el abandono por parte de las autoridades de Tarija, quienes en el pasado se comprometieron a defender Tariquía de los proyectos petroleros. “Los dirigentes están enfrentando esta lucha solos, sin el respaldo de las autoridades que deberían apoyarlos en la defensa de la reserva”, lamentó el asesor.
Por otro lado, los habitantes de O’Connor también exigen una ley que garantice que las regalías por explotación de hidrocarburos beneficien directamente a su región. Mientras esta normativa no se concrete, los pobladores han decidido mantener su resistencia contra las actividades extractivas en el área.
Los dirigentes continuarán presentando pruebas para desvirtuar las acusaciones, mientras exigen que el proceso se maneje con transparencia y respeto a los derechos de las comunidades. La lucha en defensa de Tariquía sigue siendo un símbolo de resistencia frente a intereses extractivistas en Bolivia.


