La administración de Donald Trump confirmó la expiración de la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en Venezuela, como parte de una estrategia de presión económica contra el régimen de Nicolás Maduro. La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, señaló que no se permitirá que recursos derivados del petróleo financien la represión en el país suramericano, y reiteró que Estados Unidos seguirá bloqueando cualquier forma de ingreso que beneficie al chavismo. La medida responde a instrucciones del presidente Trump para revertir las licencias otorgadas durante el mandato de Joe Biden, que habrían favorecido al gobierno de Maduro.
Desde Caracas, el dirigente chavista Diosdado Cabello minimizó la decisión, calificándola como un «problema de Estados Unidos» y recordando que las empresas extranjeras deben acatar las condiciones impuestas por el Estado venezolano. Por su parte, Maduro asegura que cualquier sanción será superada. Mientras tanto, se anticipa que Washington conceda una licencia mínima a Chevron que solo permita labores de mantenimiento, sin exportación ni nuevas inversiones. La revocación representa un golpe a la ya debilitada economía venezolana, que había encontrado cierto respiro gracias a la participación de la petrolera en la reactivación de la producción nacional.
