La crisis por la falta de combustibles se agudiza en Bolivia. Las filas para cargar diésel y gasolina en surtidores del eje central del país continúan creciendo, mientras el Gobierno nacional insiste en que el abastecimiento se regularizará desde este lunes con la llegada de nuevas cisternas.
En la ciudad de Cochabamba, las filas de vehículos se extienden por varias cuadras. En la estación de servicio Monterrey, ubicada en la avenida Blanco Galindo, la cola llegó hasta la avenida Capitán Víctor Ustáriz, abarcando más de 15 cuadras, cuando en semanas anteriores se limitaba a siete.
Mario Gutiérrez, propietario de una vagoneta, relató que ha debido esperar hasta tres horas para conseguir gasolina, a pesar de los repetidos anuncios del Gobierno sobre la llegada de miles de litros de combustibles. “Antes uno cargaba sin esperar, ahora pasamos horas al sol y sin comer. Algunos vecinos incluso duermen en la fila”, dijo.
Wilfredo Antezana, transportista público con más de 30 años de experiencia, señaló que la situación le obliga a trabajar solo algunas horas al día o incluso perder jornadas completas, lo que representa un fuerte golpe económico.
Ante el malestar social creciente, el ministro de Hidrocarburos y Energías, Alejandro Gallardo, reiteró que el Ejecutivo hace un “sobreesfuerzo logístico” para abastecer con prioridad al eje central —La Paz, Cochabamba y Santa Cruz— sin descuidar al resto del país. Reconoció, sin embargo, que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) opera al límite, sin reservas almacenadas de diésel ni gasolina, debido a la falta de divisas para importación.
Gallardo aseguró que se podrá aumentar el abastecimiento una vez que mejoren las condiciones en el puerto de Arica, donde seis buques esperan descargar 191 millones de litros de combustibles y crudo.
Los requerimientos diarios de diésel para el eje troncal son elevados: Santa Cruz necesita 2,7 millones de litros, La Paz 1,7 millones y Cochabamba más de 1 millón. En cuanto a gasolina, Santa Cruz demanda 2,2 millones de litros diarios, La Paz 2 millones y Cochabamba más de 1 millón. A nivel nacional, la demanda ronda los 7 millones de litros diarios para cada tipo de combustible.
Transportistas como Miguel García, que trabaja en el rubro interdepartamental, aseguran que la situación es insostenible. “Estamos más en las filas que en las carreteras. Perdemos viajes y la confianza de nuestros clientes”, lamentó.
El ministro Gallardo también advirtió que se tomarán medidas drásticas contra quienes almacenan combustibles de forma ilegal con fines especulativos o para actividades ilícitas como el narcotráfico. La población, sin embargo, mantiene el escepticismo y exige soluciones concretas y sostenibles ante una crisis que afecta a toda la cadena económica del país.
