Durante cuatro días consecutivos de movilizaciones en la sede de Gobierno de Bolivia, se registraron enfrentamientos entre seguidores del expresidente Evo Morales y efectivos policiales, dejando un saldo de heridos en ambos bandos y más de 30 personas detenidas.
Las protestas comenzaron el lunes 26 de mayo, cuando grupos afines a Morales llegaron a la ciudad de La Paz con el objetivo de exigir soluciones a la crisis económica del país, pero principalmente para demandar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) la habilitación de Evo Morales como candidato a la presidencia.
En sus demandas, los manifestantes también exigen la renuncia del presidente Luis Arce, de los vocales del TSE y de los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP).
Durante los días de protesta, se produjeron fuertes choques con la Policía, que derivaron en heridos entre uniformados y manifestantes. En total, más de una treintena de personas fueron arrestadas.
Los seguidores de Morales denunciaron una “brutal represión” por parte de las fuerzas del orden y pidieron la intervención de organismos internacionales de derechos humanos. La Policía, por su parte, denunció que los manifestantes usaron piedras y artefactos explosivos, como dinamita, pese a que los dirigentes habían asegurado que las marchas serían pacíficas.
Consultado por el programa No Mentirás, el viceministro de Régimen Interior y Policía, Jhonny Aguilera, estimó que los movilizados no superaban las 300 personas.
“Entre 250 a 300 personas. De hecho, hoy (viernes) no se ha efectuado la marcha típica que parte de las dependencias de la cervecería por escasez de personas”, afirmó.
Aguilera agregó que “la gente que ha venido del trópico no supera las 300 personas”, en referencia a los sectores afines a Morales del trópico cochabambino.
Tras los enfrentamientos, los manifestantes comenzaron a replegarse a sus regiones de origen, aunque anunciaron nuevas estrategias para insistir en la candidatura de Morales, pese a que una sentencia del TCP lo inhabilita para los próximos comicios presidenciales.
El dirigente campesino Vicente Choque, afín al ala “evista” del MAS, aclaró que en esta ocasión no se trató de una movilización masiva:
“Son delegados que han venido de diferentes sectores. No hemos convocado a una movilización masiva como en la última marcha que tuvimos”.
Pese a ello, Choque anunció una nueva convocatoria nacional, cuya fecha aún no ha sido definida.
“Recalco una vez más, nuestro fin es sacar a este Gobierno. Así de claro voy a ser. No solo al Gobierno, sino también al TSE, esos siete vocales que han pisoteado no solo las leyes vigentes, sino también están coartando nuestros derechos”, concluyó.


