El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) advirtió en un informe confidencial que Irán ha incrementado significativamente su producción de uranio enriquecido, alcanzando niveles cercanos al grado armamentístico. Este considerable aumento genera gran preocupación debido a que Irán es el único Estado no poseedor de armas nucleares que produce este tipo de material.
El reporte, divulgado este sábado, señala además la falta de cooperación y transparencia por parte de Teherán en diversas áreas críticas del programa nuclear. La agencia de la ONU destaca que la República Islámica no ha proporcionado respuestas técnicamente creíbles a sus interrogantes, y ha dificultado las inspecciones mediante la limpieza de sitios que la agencia buscaba verificar.
El OIEA identificó tres lugares Lavisan-Shian, Varamin y Turquzabad donde Irán no declaró material ni actividades nucleares, lo que impide confirmar que el programa sea exclusivamente pacífico.
Hasta el 17 de mayo, Irán acumuló 408,6 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, un incremento de 133,8 kilogramos respecto al último informe de febrero. Este material está a solo un paso técnico de alcanzar el nivel necesario para un arma nuclear (90% de enriquecimiento).
La agencia nuclear pidió a Irán cambiar su actitud y cooperar plenamente con las investigaciones para evitar un escalamiento del conflicto.
El informe surge en un momento delicado, en medio de varias rondas de conversaciones entre Estados Unidos e Irán para un posible acuerdo nuclear. El presidente estadounidense, Donald Trump, manifestó su intención de lograr un pacto que permita la inspección y, si es necesario, la destrucción de infraestructuras nucleares iraníes, asegurando que dichas acciones no provocarían víctimas humanas.
Sin embargo, desde Irán, Ali Shamkhani, asesor del líder supremo Ali Khamenei, rechazó esta propuesta calificándola de fantasía, y reafirmó la independencia y defensa del país, subrayando que las negociaciones buscan proteger los intereses y la dignidad iraníes, no su rendición.
Mientras tanto, sectores conservadores dentro de Irán respondieron con dureza a Trump, reflejando la desconfianza hacia Washington.
Las conversaciones, que han tenido lugar en Omán y Roma, buscan limitar el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. El ministro de Exteriores omaní señaló que se han logrado avances, pero que aún faltan acuerdos concluyentes.


