El Congreso del Perú destituyó a Dina Boluarte por incapacidad moral permanente, con una votación contundente de 121 votos a favor, superando incluso las cifras alcanzadas en las vacancias de Fujimori, Vizcarra y Castillo. Ante la ausencia de vicepresidentes, el presidente del Congreso, José Jerí Oré, asumió de inmediato la Jefatura del Estado, conforme al artículo 115 de la Constitución. En su primer discurso como mandatario, Jerí declaró la guerra a la delincuencia y prometió cambios profundos para responder a la creciente inseguridad ciudadana.
La llegada de Jerí al poder ocurre en medio de una crisis política y social agravada por el paro de transportistas y un violento atentado contra el grupo musical Agua Marina. Aunque su partido, Somos Perú, suspendió su militancia durante una investigación por presunta violación —archivada en agosto de 2025—, Jerí ha mantenido una postura firme y alineada con las fuerzas parlamentarias predominantes. Su trayectoria incluye el respaldo a la vacancia de Pedro Castillo y el apoyo al archivo de investigaciones contra Boluarte, lo que ha generado controversia sobre su independencia política.
La destitución de Boluarte marca un punto de inflexión en la política peruana. Su caída se precipitó tras minimizar las protestas sociales y no garantizar la seguridad en eventos públicos, como el concierto en Chorrillos que terminó con cinco heridos. El Ministerio del Interior criticó la falta de coordinación institucional en ese caso. Ahora, con Jerí al mando, Perú se encamina hacia una etapa de transición que culminará en las elecciones generales de abril de 2026.


