La confrontación entre Evo Morales y Luis Arce trasciende las fronteras de Bolivia, generando preocupaciones a nivel internacional. En un reciente comunicado, la Cancillería boliviana advirtió a la comunidad global sobre las intenciones del expresidente, enfatizando el firme compromiso del gobierno actual con la democracia y la búsqueda de soluciones pacíficas al creciente conflicto.
El pronunciamiento se enmarca en el contexto de una concentración llevada a cabo el lunes 23 de septiembre de 2024 en La Paz, donde Morales lanzó amenazas sobre la continuidad del orden democrático, dirigiéndose directamente al presidente constitucional Luis Alberto Arce Catacora. Durante este evento, el expresidente y su grupo conocido como el Estado Mayor del Pueblo exigieron de manera contundente que Arce reemplace su Gabinete de Ministros en un plazo de 24 horas si desea mantener su mandato.
Este ultimátum no solo refleja las tensiones internas en Bolivia, sino que también plantea interrogantes sobre la estabilidad política del país y la posibilidad de un retorno a la polarización que caracterizó años anteriores. La situación es monitoreada de cerca por la comunidad internacional, que observa cómo ambos líderes intentan posicionarse en un escenario político cada vez más complicado. El gobierno de Arce busca reafirmar su autoridad y legitimar su gestión, mientras que Morales, con su influencia y seguidores, intenta recuperar protagonismo en el debate político nacional.