El gobierno boliviano ha decidido tomar medidas drásticas para combatir el contrabando, un problema que ha venido afectando la economía del país. En este contexto, el presidente Luis Arce anunció este lunes la militarización de las fronteras, una acción que busca evitar que productos nacionales sigan saliendo ilegalmente hacia otros países. Este fenómeno ha llevado a un aumento considerable en los precios de diversos bienes en el mercado interno, afectando principalmente a las familias de menores ingresos.
El contrabando no solo representa una pérdida económica significativa para el Estado, que deja de percibir impuestos y aranceles, sino que también distorsiona la competencia, poniendo en desventaja a los productores nacionales. Arce destacó que esta medida es esencial para proteger la economía boliviana y garantizar que los productos locales permanezcan en el país, favoreciendo así el consumo interno.
La militarización de las fronteras implicará un incremento en la presencia de fuerzas armadas en los puntos de control, así como una colaboración más estrecha con las autoridades aduaneras y policiales. Esta estrategia tiene como objetivo no solo reforzar la vigilancia, sino también mejorar la coordinación entre diferentes entidades para crear un enfoque integral en la lucha contra el contrabando.