La candidata a la Vicepresidencia por la alianza Popular, Mariana Prado, asistió al debate de la red Unitel la noche del domingo acompañada por una comitiva reducida que, según denuncias en redes sociales, tiene en común antecedentes penales.
Entre los acompañantes se encuentra Robin Justiniano, hijo del coronel Gonzalo Medina, sindicado en un caso de narcotráfico. Justiniano tiene una denuncia de 2010 por su presunta vinculación con Pedro Montenegro, miembro del Primer Comando Capital (PCC) de Brasil. Aunque el caso no avanzó y él afirma ser víctima de difamación, existió una orden de aprehensión en su contra por sospechas de nexos con el narcotráfico. Actualmente figura como candidato a diputado por Santa Cruz en la alianza Popular y fue funcionario ejecutivo en la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT).
Otro integrante es Francisco Tupaj García Linera de Alarcón, hijo de Raúl García Linera y sobrino del exvicepresidente Álvaro García Linera. A sus 26 años, enfrenta denuncias por violencia, acoso y maltrato familiar, con medidas de protección solicitadas por su ex pareja en 2021. Linera es conocido en medios afines al MAS como “analista” y ha expresado públicamente su participación en grupos de choque durante los conflictos postelectorales de 2019.
También formó parte de la comitiva Humberto Claros, ex dirigente de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia. Claros fue detenido y acusado de terrorismo por su participación en bloqueos en Cochabamba durante octubre y noviembre del año pasado. Estuvo preso en el penal de Patacamaya y luego obtuvo detención domiciliaria. Aunque antes se declaraba evista y contrario a la candidatura de Andrónico Rodríguez, ahora es postulante a primer senador por Cochabamba, donde las encuestas le favorecen.
Prado publicó en sus redes sociales una fotografía con su equipo, describiéndolos como “un equipo que me inspira todos los días” y destacando el compromiso, juventud y diversidad de sus integrantes, incluyendo a Claros, Justiniano y Daniel Flores, quienes, según ella, representan voces potentes de las regiones y están comprometidos con un cambio real para Bolivia.
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