El Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunció una serie de reformas para garantizar que el próximo debate presidencial sea más estructurado, equitativo y respetuoso. El vocal Tahuichi Quispe confirmó que se ampliarán los tiempos de intervención, se fortalecerá el rol de los moderadores y se aplicará una política de tolerancia cero frente a los ataques personales. Estas medidas buscan evitar los errores del reciente debate vicepresidencial, que fue criticado por su falta de profundidad y orden.
Quispe explicó que los candidatos presidenciales tendrán entre tres y cuatro minutos para desarrollar sus propuestas, lo que permitirá abordar temas clave como la economía, la inflación y la escasez de divisas con mayor claridad. Además, se incorporarán cuatro moderadores con perfiles diversos, entre ellos María Galindo, para asegurar pluralidad y firmeza en la conducción del evento. El objetivo es que el debate no se convierta en un cruce de acusaciones, sino en un espacio de exposición seria y democrática.
El TSE también subrayó la importancia de la ética política como eje central del proceso electoral. Quispe advirtió que la demagogia y la guerra sucia deterioran la democracia, y llamó a los candidatos a respetar la ley, la propiedad privada y la vida humana. El debate presidencial, previsto para una semana antes de la segunda vuelta, será clave para que el electorado evalúe con criterio las propuestas y tome una decisión informada el próximo 19 de octubre.


