El militar llegó este miércoles a La Paz en el contexto de las investigaciones por la asonada del 26-J. Habló por primera vez con los periodistas al llegar a instalaciones de la FELCC.
El episodio de llamado 26-J ocurrió en un contexto de amenazas de movilización y protestas por la escasez de combustible, en momentos en los que Arce enfrentaba tensiones con distintos sectores. La irrupción de blindados y tropas en la Plaza Murillo provocó una movilización de funcionarios públicos en defensa del entonces presidente y generó un efecto sensible en la cotización paralela del dólar.
Mientras el Ejecutivo de entonces calificó esos hechos de un golpe de Estado en curso, Zúñiga insistió en varias ocasiones —este miércoles lo hizo en público— que fue parte de una operación inducida desde el propio entorno del mandatario.
Zúñiga relató que un día antes de la asonada fue citado a Casa Grande del Pueblo y que se le pidió acudir con el rostro cubierto para evitar ser seguido por la prensa.
Señaló que en la reunión participaron Marianela Paco, Hugo Moldiz —a quien definió como responsable de “acciones sucias”— y Edmundo Novillo. Afirmó que en ese encuentro se le dijo que el presidente enfrentaba una amenaza del transporte y que se necesitaba demostrar apoyo del poder militar para sostener al Gobierno.


