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¡SOMOS LAS QUE NOS FALTAN PORQUE HAN SIDO ASESINADAS!

LA ACERA DE ENFRENTE

Por: MARÍA GALINDO

Integrante de Mujeres Creando

30 de enero – 2022

Esto somos:
Chotas , cholas y birlochas.
Señoritas, antiseñoritas y señoras.
Indias, putas y lesbianas.
Feas, gordas, gordísimas, liwuis y flacas. Chatas y chotas de cinco centavos. Ardorosas, deliciosas, cullus yconanas.
Casadas, divorciadas, concubinadas, juntadas y separadas.
Mujeres trans, hombres trans, lesbianas y toda la mariconada.
Cunumis, mochas, orkochis, chullas y ñojas.
Jóvenes y no tan jóvenes, viejas y mas viejas.
Organizadoras de Pasanaku, Preste, comadres y partys interminables.
Con wawas o sin wawas. Con wawa gato o wawa perro.
Trabadoras del hogar, trabajadoras sexuales, gremiales, ambulantes, desempleadas
Profesionales, estudiantes y anti licenciadas, las dueñas de tienda y las que no tenemos nada.
Somos las violadas en una fiesta, las violadas en nuestras casas, las violadas en nuestros trabajos.
Somos las violadas por nuestros padres, amigos o hermanos.
Somos las que no tenemos gancho ni padrino. SOMOS LAS POBRES a las que ningún bono nos sacó de la pobreza.
De todas las ciudades y todas las provincias, de periferie y de barrio
Las sin partido, las sin dirigencia, las sin representación ni voz.
Ninguna organización social ni juntas vecinales, ni movimientos sociales, ni sindicatos nos representan porque están llenos de machistas que se socapan mutuamente.
No hablan por nosotras los jilakatas de las comunidades porque también son unos machistas.
Somos las que sabemos que no basta con denunciar al violento, hay que construir justicia feminista.
Somos las que sabemos que los medios de comunicación quieren amarillismo y revictimización por eso hay que hablar con voz propia.
Somos las que sabemos que esto no es democracia sino MACHOCRACIA CON MUJERES INCLUIDAS.
No somos bolivianas, ni ciudadanas, somos parias.
Somos las que nos faltan porque han sido asesinadas.
Somos las que no queremos cargo, ni candidatura, ni poder.
Nos unen sueños, dolores, rabias, rebeldías, ausencias. Nos une la bronca, nos une el basta. Nos une la necesidad de que nuestras hijas, hijes y nietas no pierdan las libertades que hemos ganado desde la calle. Queremos que estudien, que bailen, que se enamoren y se desenamoren las veces que quieran, que salgan a la calle y regresen a la casa, que se vistan como les da la gana, que podamos vivir sin ser asesinadas, violadas, humilladas, acosadas, ni culpabilizadas.
Somos las despatriarcalizadoras de la sociedad. Nuestros sueños no tienen limites ni candados: en nuestro mundo la hija de una vendedora puede convertirse en medica y una trabajadora sexual puede ser autogestionaria, una deudora puede enjuiciar al banco y una mujer puede tener dignidad y otra puede decidir si quiere ser madre o no.
Nuestra marcha será un collar de lágrimas que atravesara las calles, será un rio de humedad en el que lavaremos nuestras penas y las secaremos al sol y al viento.
Nuestra marcha es un grito colectivo de consciencia clara.
Queremos justicia, una justicia que el Estado es incapaz de administrar.
Queremos que nuestra palabra de mujeres tenga valor y credibilidad y eso es algo que la justicia patriarcal es incapaz de dar.
Queremos que los golpes, moretones, violaciones sean tomados en serio como casos que no pueden repetirse, venderse ni ser tomados como lo hacen forenses, fiscales y policías que se ríen de nuestro dolor y le sacan provecho vendiéndolo.
Queremos que l@s forenses conozcan su trabajo y lo hagan.
Queremos que la fiscalía represente a la sociedad y no la venda. Que la fiscalía deje de rimar con porquería.
Podríamos pedir la reforma de la ley 348 mal redactada por arrogantes como Gabriela Montaño o Susana Rivero que solo les importaba el poder y que nada sabían de las angustias de las mujeres de a pie. Pero ya pedimos esa reforma y hasta se los hicimos el trabajo y de nada sirvió porque en el Ministerio de Justicia, la Justicia es lo que menos importa.
Podríamos pedir una comisión parlamentaria de auditoria de los casos de feminicidio, pero ya la pedimos y Estefanía Morales la uso para gastarse mas de un millón de bolivianos en nada, para rascarse, para reírse de nuestro dolor.
Podríamos pedir la reforma de la policía, pero para eso habría que cerrar la escuela policial y empezar de cero y pueden hasta prometerlo y de promesas no vivimos.
Lo que tenemos pendiente como sociedad es simplemente hacer una revolución
Feminista. Una revolución marica, una revolución indígena, una revolución verde, una revolución animalista.
Por eso el lunes vamos a pedir y luchar por una sola cosa.
Esto pedimos:
Una comisión de revisión de todos los casos de violación y feminicidio en el que los sentenciados hayan sido liberados.
Esta comisión deberá estar integrada por los organismos del Estado y por una comisión de juristas feministas integrantes de Mujeres Creando y una comisión de victimas.
Dicha comisión que debería llevar el nombre de nuestras asesinadas, la bautizaremos como COMISION DE JUSTICIA PARA VICTIMAS DE FEMINICIDIO Y VIOLACION.
Esta comisión deberá darse un plazo:
1.- para la recepción de casos y revisión de los mismos. Esta parte del trabajo a escala nacional la podemos hacer nosotras las mujeres feministas organizadas.
2.- Una vez recabados todos los casos deberán ser presentados a la comisión estatal que tendrá a su vez un plazo de revisión de mínimo 5 casos por semana por orden alfabético del entenciado.
3.- La COMISION DE JUSTICIA PARA VÍCTIMAS DE FEMINICIDIO Y VIOLACION debara una vez revisado el caso:
Tomar las siguientes acciones:
1.- formular denuncia e iniciar juicio contra las autoridades judiciales y policiales que hubieran cometido actos de corrupción evidentes.
2.- Revertir los beneficios del sentenciado en 24 horas.

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