El abogado Roberto Arana Suárez, aprehendido el lunes y señalado por el Gobierno como uno de los hombres de confianza de Sebastián Marset, reconoció este miércoles haber mantenido una relación laboral con el prófugo uruguayo, aunque negó estar involucrado en su organización criminal.
“No hay ningún elemento en mi contra. Ejercí mi trabajo como abogado, como siempre lo he hecho, soy un abogado reconocido en el medio”.