El presidente del presídium del congreso campesino Raúl Torrez fue amenazado con un arma de fuego para que ceda y viabilice una elección de la nueva directiva al margen de los estatutos y en medio de la violencia que se vivía en el coliseo “Héroes de Octubre” de El Alto, reveló el vicepresidente del presídium Carlos Becerra, quien fue testigo directo de todo lo ocurrido la madrugada del domingo.
“El presidente del presídium estaba ahí (testera), me he dado cuenta que le estaban forzando para que posesione al nuevo dirigente, estaban agarrando arma de fuego, amenazando al presidente del presídium. Me di cuenta y me bajé, pensaba que me iban a secuestrar”, relató en una entrevista.
Becerra atribuyó a un grupo de delegados de Potosí y del Chapare los incidentes en el congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), que se agravaron, recordó, cuando en la madrugada del domingo apagaron la luz y lanzaron una o dos granadas de gas lacrimógeno en medio de los delegados.
Un informe del Ministerio de Salud dio cuenta que más de 800 personas resultados heridas, entre ellas con armas punzocortantes. Los grupos radicales cerraron las puertas del coliseo e impidieron ayuda de ambulancia y la evacuación de heridos.
“Totalmente gente maliciosa, una parte de Potosí, ahí estaban incluidos sectores del Chapare, de Cochabamba”, denunció y demandó una investigación de los hechos para determinar responsabilidades porque, aseguró, en ninguna otra oportunidad se llegó a tal nivel de violencia “por intereses personales”.
Lograron declarar un cuarto intermedio en la plenaria y los dirigentes abandonaron el coliseo. En la mañana del domingo se retomó la plenaria y el congreso eligió por unanimidad a Lucio Quispe como el secretario ejecutivo de la Csutcb. Estuvieron –informó- la mayoría absoluta de las delegaciones de La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Tarija, Potosí, Oruro y Pando, mientras que una parte de Pando.
Aprovechando el cuarto intermedio y en plena calle, un grupo de dirigentes eligió al dirigente Ponciano Santos, lo que fue desconocido por la dirigencia orgánica.
