El presidente del Estado, Luis Arce; el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, y el comandante de la Policía Boliviana, general mayor Álvaro Álvarez, anunciaron que continuará la purga política al interior de la institución, luego de haber dado de baja a 216 “malos policías”, por diferentes faltas disciplinarias, la mayoría de ellos en relación al motín de 2019, cuando Evo Morales renunció a la presidencia, en medio de las protestas por denuncias de fraude electoral.
El 8 de noviembre de 2019, los miembros de la Unidad Táctica de Operaciones (UTOP) de Cochabamba, iniciaron un repliegue en rechazo a las órdenes emitidas por su comandante departamental, Raúl Grandi, quien instruía proteger a grupos de choque del MAS y reprimir a ciudadanos que protestaban en las calles, en rechazo al fraude electoral que favoreció al partido de Morales, MAS, revelado por la auditoría especial de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El denominado motín policial se extendió a todo el país y luego de que varios sectores se sumaran a las protestas, terminó con la renuncia de Morales. Durante esos hechos, varios de los policías cortaron de sus insignias las wiphalas, en protesta contra la imposición de ese símbolo del partido de Gobierno.