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El auge del nacionalismo en la primera mitad del siglo XX y el papel de la COB en la democracia Boliviana

Paul Alexy Suárez Bravo

Octubre 2023. Los primeros vestigios del marxismo en América Latina se observan a fines del siglo
XIX, posiblemente poco después de la muerte de Marx. Cabe decir que, como
veremos de ahora en adelante, emergieron varios marxismos que con el tiempo van
a chocar política y teóricamente, es decir, una confrontación directa entre los
militantes y sus marxismos. Según cuenta Adolfo Sánchez Vázquez, el primer
marxismo llega a través de los obreros europeos inmigrados. La expresión del
primer marxismo nace con el primer organismo del socialismo marxista al crearse el
partido socialista argentino en 1895,Coincide también con la primera traducción en
lengua castellana o española de El Capital, hecha por Juan B. Bustos, el mismo que
fundó aquel partido. Es decir, se conoció primero El Capital, aunque también llegó
leerse el Manifiesto Comunista. Según Sánchez Vázquez, el marxismo que llegó a
América, es aquel que dominaba el Partido Socialdemócrata alemán y la
Internacional socialista, lo cual va a definir el primer marxismo. Esto lo menciono
porque es de gran importancia, ya que es lo que se va a establecer las tierras
latinoamericanas y que a lo largo del tiempo se impone y provoca asimismo una
interesante oposición hacia estos postulados. Cuál es entonces ese primer
marxismo que se deja ver en América Latina. Es la versión de una especie de
eurocentrismo de Marx, es decir, mediante la imposición de la versión que Bustos
generó con su obra Teoría y práctica de la historia publicada en 1909. Es una
versión de un «marxismo reformista, evolucionista de la socialdemocracia alemana
y, a la vez, un calco del eurocentrismo»
En estos años se funda el partido comunista en Cuba, es decir, en 1925, en el que
participó uno de los primeros militantes latinoamericanos muy entusiastas de la
época: Julio Antonio Mella. Fue uno de los principales dirigentes del Partido
Comunista mexicano llegó a enfrentarse con él, y con la oligarquía mexicana por el
hecho de involucrarse en el cuestionamiento de este grupo social y hacia el
sindicalismo corporativista del Estado. Este enfrentamiento tenía que ver también
con el comportamiento eurocentrismo y estalinista del partido que tachó a Mella
como amenaza a la unidad. Mella fue uno de los teóricos del nacionalismo
revolucionario. Su pensamiento que tiene la característica de haber nacido
solamente en América Latina, fue presentado por el marxismo soviético como un
eufemismo y condenado como síntoma del pensamiento burgués. Es quizá el
primero en desprenderse del eurocentrismo y ruso centrismo del marxismo
latinoamericano. La originalidad del pensamiento de Mella es que empieza a
considerar la cuestión indígena como un problema clasista. Luego quizá lo
profundiza Mariátegui bajo condiciones propias en Bolivia
Tamayo fue sin duda una de las figuras más importantes de la cultura boliviana en el
siglo XX. El gran logro de Tamayo, dice Josefa Salmón, es haber puesto al indígena
como sujeto de la historia y haber superado esa poderosa mentalidad que lo
mantenía como mero objeto de políticas públicas
Franz Tamayo sostuvo repetidamente la existencia de una esencia inconfundible y
perenne del ámbito indígena, especialmente del grupo étnico aymara. Pese al
elaborado énfasis de sus declaraciones («el alma de nuestra raza», )el genio de su
historia», «afinidades y repulsiones», «la resistencia y la persistencia», «la fuerza de la
raza» (Tamayo, [1910], 1944:10,42, 96,191), no se puede reconstruir con seguridad
en cuáles factores concretos y discernibles estaría basada esa identidad inmune al
paso del tiempo. Lo que en Tamayo se acerca más específicamente a una definición
de la esencia indígena es una concepción vitalista del orbe social, como era lo usual
a comienzos del siglo XX, bajo fuerte influencia de Friedrich Nietzsche y de las
escuelas románticas e irracionalistas de aquella época (Tamayo, [1910], 1944:
96,97). Tamayo es el representante más conocido de la «mística de la tierra», como
llamó Guillermo Francovich a esta corriente doctrinaria, que se opone al
universalismo de los valores y de las metas de desarrollo y que impugna el
racionalismo abstracto de la tradición occidental (Francovich, 1945:156 y
siguientes). Por otra parte, la obra de Tamayo parece exhibir un carácter
paternalista: celebra la frugalidad y el laconismo de los indígenas, la radiante
energía física y las magníficas condiciones morales de los mismos, el hecho de que
encarnen un carácter formado por la «persistencia y la resistencia», pero no les
confiere aptitudes filosóficas o políticas (Tamayo, [1910], 1944: 82, 83, 147-148, 151
y 191). Afirmó el gran pensador textualmente: «Ya se ve el lado débil de la
pedagogía del indio: la inteligencia» (Tamayo, [1910], 1944: 147). Y continuaba:
Aquí todo comentario es superfluo; no hay duda de que Tamayo reproduce el
esencialismo positivo (las cualidades morales y físicas del indio) mezclado con un
esencialismo negativo: el indio como privado por naturaleza de aptitudes superiores
en los órdenes intelectual y político. Son claramente cualidades permanentes que
corresponden al núcleo de la identidad indígena y, por lo tanto, resultan, de acuerdo
a Tamayo, difíciles o imposibles de ser modificadas. Y esto significa que el indio,
según este gran autor, no es apto para la esfera de la política y tampoco para el
autogobierno. Aquí radica el innegable paternalismo de Tamayo, quien
consecuentemente nunca propuso una reforma agraria o algún programa
revolucionario concreto en favor de los intereses indígenas.
Y así como Franz Tamayo pero no es hasta A mediados del siglo XX el magma
antiliberal coincidió con el «nacionalismo autoritario», término acuñado por la notable
historiadora Irma Lorini para designar los periodos dominados por los partidos
nacionalistas (Lorini, 2006: 187-225), periodos que no se destacaron por la vigencia
del Estado de derecho ni por prácticas democráticas, pero sí por modestas reformas
en los campos social y económico, y, ante todo, por despertar anhelos colectivos de
participación política y reconocimiento cultural en sectores de la población que
habían sufrido procesos seculares de discriminación. Los dos mayores
representantes culturales del nacionalismo autoritario fueron Augusto Céspedes
(1904-1997)y Carlos Montenegro que bajo sus textos como Nacionalismo y
Coloniaje, veremos la creación de nuevos partidos políticos que buscarán la igual
del proletario guiado por este sentido de nacionalismo
Sin embargo son los valores del nacionalismo revolucionario y como este fue creado
lo que debemos estudiar durante esta época para
El Nacionalismo revolucionario tuvo como constructores de su núcleo teórico a un
grupo muy reducido de intelectuales que desarrollaron su vida como escritores,
políticos y periodistas, todo al mismo tiempo, y muy sensibles para entender las
vueltas de la política local e internacional, congregados alrededor de Universal y La
Calle, A este grupo se le sumaron otros intelectuales gracias a la Convención
Nacional de 1938. Después, la “síntesis” teórica se complementa con el programa
del MNR Más adelante, con el MNR constituido y cogobernando, prácticamente
todos los elementos del razonamiento nacionalista estaban presentes. La Tesis de
Ayo paya de Guevara aportó como justificación y reinterpretación, pero a nuestro
juicio sin aportar contenidos realmente nuevos. Después de 1946, es otro MNR el
que opera.
El Nacionalismo Revolucionario Del período de posguerra es, el producto de las
lecturas, conclusiones, publicaciones y liderazgo ideológico de dos sujetos en
particular: Céspedes y Montenegro. Si Montenegro es visto como el gran ideólogo
no solo se debe a Nacionalismo y Coloniaje, sino también a la propaganda que
Céspedes. Las lecturas comunes les llevó a estructurar un «telos» de la nación en
función a distintas teorías. Como las . La dialéctica y el principio de la revolución de
Lenin, la filosofía de la historia de Spengler, y la teoría psicoanalítica de la
compensación de Adler
Entonces el nacionalismo consiste en recrear la
nación dotándola de los elementos inhibidos desde que hubo comenzado el
sentimiento patrio. Como se explica en nacionalismo y coloniaje Según esté, Bolivia
no es un país independiente a pesar de ser desde 1825 una república. No es
colonia, pero sí una “semicolonia” el colonialismo propició la expoliación extranjera;
obviamente española el semicolonialismo expresa la prolongación de esa
expoliación, pero dentro del marco del capitalismo mundial la riqueza obtenida sale
al extranjero y se reinvierte ahí, y a Bolivia le quedan los saldos, con los que se
permite lo mínimo de sustento para que prosiga la expoliación. Los intereses
extranjeros están representados por la gran minería, que opera como un
superestado, es decir, una entidad por encima del Estado, ya que determina la
forma y destino de este. Para que el superestado logre sus aspiraciones está la
“rosca”, es decir, el grupo de operadores políticos que defienden los intereses de la
gran minería y de los terratenientes.
Bajo los pensamientos anteriores se creará la COB que bajo las críticas de Luis H.
Antezana. La COB toca lo político a través de lo corporativo ya sea directamente
con dictaduras o con mecanismos legales la COB no puede ir más allá de una
posición defensiva de la democracia. la COB articula pero hasta ahí nomas.
En la COB no existe un proyecto político propio, Pues su papel es el de ser una
organización conciliadora con la izquierda.
La COB es un hijo de la Revolución Nacional, un Hijo rebelde, edipiano pero hijo al
fin y al cabo . Se constituye un inmenso paralelismo con el estado boliviano, pues
las organizaciones sindicales repiten como un espejo inverso diversos componentes
y organización del estado boliviano, En la COB hay pues estratos más o menos
importantes más o menos definitivos para el todo productivo Boliviano.
Así llegamos a la minería representada por el FSTMB, en este caso el sindicalismo
está relacionado directamente con lo político, ya que es él funge como empleador.
Las estratificaciones y nacionalizaciones crean un cordón umbilical con el estado y
las organizaciones sindicales.
Así los accesos a los políticos suelen relacionarse con el espíritu del nacionalismo
revolucionario.
La COB es un terreno privilegiado para la lucha ideológica y partidista, dentro de sus
horizontes se diseña el ejercicio del poder pero dentro de los límites del
nacionalismo revolucionario.
Lo que Luis H Antezana quiere denotar si es que la COB está entrelazada al estado
por su naturaleza de requerir de él, ya que esta depende exclusivamente de el ,
pero también demuestra el balance de poder que hay pues al ser el empleador
veremos como esta íntimamente relacionado a las necesidades y deficiencias que la
COB pueda demostrar.
Es pues todo lo que vimos un resultado que hasta el día de hoy seguimos llevando y
talvez más haya de las reformas hasta el día de hoy es la COB un vestigio de los
valores de la revolución nacional y tal vez es también lo que en su momento la
institución que estuvo más cerca de llevar a Bolivia un estado Socialista es pues la
COB uno de los resultados e ideas más claras de aquella revolución

Paul Alexy Suárez Bravo
Paul Alexy Suárez Bravo
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